12 jun 2010

Suficiencia

Aún recuerdo el momento en que yo era suficiente estímulo para ti. Tiempo en que no necesitabas nada más que una tarde a mi lado. Es imposible no pensar en el período en que no te hacía falta nada aparte de mi presencia, porque ahora de eso cada segundo queda menos.
Día a día se esfuman más ese mundo que nos pertenecía sólo a los dos, porque insiste en tomar tu camino lejos del mío y yo aún no aprendo desviar el destino que siempre me llevará hacia ti.
Debo confesar que estoy cansada de sentirme así, estoy aburrida de creer que la permanencia es eterna y que cuando empiezas a afietarte a mí es porque te quedarás acá para siempre. Eso ya no pasa más. De eso no queda nada.
Tengo alas suficientes para practicar e intentar tomar el vuelo sola, pero aún no aprendo a utilizarlas completamente, porque en el cielo nublado todavía me amarra al nido. El sol es la única motivación que me lleva a intentar volar.
No sé cuándo ni cómo aprenderé a  planear con nubes, incluso, con lluvia, pero quiero y necesito hacerlo. Espero con ancias el momento en que pueda lucir toda mi capacidad y dar el gran salto sola.
Quiero que seas apoyo y no la condicionalidad que me impide ir más allá.
Te necesito la mayoría del tiempo, pero no quiero seguir siendo dependiente.
Cuesta liberarse, duele y te corrompe el alma. Ahora lo está haciendo. Mi alma tiene cierto desecho en su interior a causa de esta situación. Mis lágrimas gritan por salir para reflejar un poco lo que ocurre en mi interior.
No sé que es lo más correcto, ni lo más sano, pero lo necesito. Entre más se demora, mayores son mis ganas de desvanecerme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario